El clima neerlandés
En un blog que ilustra la vida en los Países Bajos, no podía faltar una entrada sobre el clima. Ya sea por el interés propio de quien planea un viaje al extranjero o por la curiosidad normal de amigos y familiares, este tópico nunca falta en mis conversaciones acerca de la vida en Holanda. Repetidamente recibo preguntas del estilo de “¿hace mucho frío?”, “allí se hará de noche enseguida, ¿no?”, “¿llueve mucho?”, “gasteréis mucho en calefacción, ¿no?”, etc. En esta publicación abordaré estos aspectos y algunos más.
Temperaturas y humedad
En este primer apartado hablaré de cifras y de sensación térmica. Normalmente, desde noviembre hasta febrero o marzo las temperaturas oscilan entre -2 y 6 grados Celsius, siendo bastante estables dentro de un mismo día, a no ser que esté despejado. Resulta que la espesa capa de nubes que corona habitualmente el país durante los meses de invierno hace que el calor quede retenido y apenas haya variación de temperaturas entre el día y la noche, de manera que los días despejados y con sol son en realidad los más fríos, ya que el índice ultravioleta es tan bajo que no llega a calentar suficiente.
¿Se pasa frío en invierno? Pues depende de dónde vengas y a lo que estés acostumbrado. En mi caso, pasaba muchísimo más frío cuando vivía en Málaga, en plena Costa del Sol, destino típico de turismo de playa donde la humedad se siente siempre como una plasta, donde acaba uno de salir de la ducha y secarse para sentirse mojado otra vez en cuestión de segundos y donde en invierno duelen las articulaciones sin importar cuánta ropa lleves encima. En los Países Bajos hay mucha menos humedad que en Málaga (especialmente en invierno, ya que las bajas temperaturas hacen que la humedad condense y caiga al suelo en lugar de quedar en el ambiente), por tanto, si uno se abriga con un buen chaquetón, bufanda, botas y todo eso, el calor se mantiene dentro de la ropa sin que la poca humedad que hay llegue a calar. Si tú vives en un clima más seco como pueda ser el de Madrid, por ejemplo, probablemente la sensación que te dé al venir sea algo distinta.
Lo bueno es que en los Países Bajos hay calefacción en todas las casas y en todas las habitaciones, incluidos pasillos y cuartos de baño (muy conveniente cuando se acerca la hora de la ducha…), así que en el interior nunca se pasa frío. Además, prácticamente en cualquier tienda de ropa se encuentra calzado y ropa de abrigo apropiado para el clima, y a un precio normalmente bastante asequible, no como en Málaga, que si buscas un abrigo de calidad primero tardas en encontrarlo y luego te pasas un rato preparándote mentalmente para el desembolso económico que conlleva.
¿Sabías que…? En Málaga sólo las casas de reciente construcción están dotadas de calefacción. Recuerdo haberme pasado los años de universidad tratando de estudiar con los guantes puestos porque si no se me quedaban las manos tan heladas que los dedos no me respondían y no era capaz de escribir nada. He de puntualizar, no obstante, que en otras zonas de España las casas sí que están preparadas para el invierno.
Respecto a los gastos de calefacción, son muchísimo inferiores que lo que la gente presupone. Si te interesan los costes de vida en los Países Bajos, deja un mensaje en la sección de comentarios y a lo mejor más adelante escribiré una entrada atendiendo a esta cuestión.
En los meses de verano, las temperaturas suelen oscilar entre los 15 grados Celsius por la noche y los 25 grados por el día (en esta estación sí que se produce bastante diferencia entre las temperaturas máximas y las mínimas), resultando en un clima ideal que invita a salir a la terraza por el día a tomar el sol y vitamina D y a taparse por las noches con una mantita fina.
De vez en cuando (una o dos veces al año) tenemos aquí también olas de calor, con la diferencia de que la definición de ola de calor en los Países Bajos es muy distinta que la de otros sitios, consistiendo en un periodo de al menos cinco días consecutivos con temperaturas máximas por encima de los 25 grados Celsius.
El resto del año, la temperatura suele ser bastante cambiante y poco predecible, haciendo necesario tener en el armario una cazadora e incluso bufanda al lado de las camisetas de manga corta. No sería la primera vez que un día de primavera salgo de casa con sandalias y al día siguiente tengo que coger las botas. Hay un dicho popular para expresar este fenómeno: “April doet wat hij wil”, que significa que abril hace lo que quiere (refiriéndose al tiempo). Y es que en estas fechas nunca se sabe lo que puede pasar. Cuando la gente me pregunta qué tipo de ropa deben traer para un viaje primaveral o incluso de otoño, siempre les digo que un poco de todo, por si acaso.
Horas de luz
Respecto a los horarios de luz, tampoco son como la gente suele imaginar. En los días más cortos de invierno hay claridad desde las 7’00 horas aproximadamente hasta las 16’45 horas, haciéndose noche cerrada sobre las 17’00 horas (el crepúsculo aquí dura muy poco tiempo).
En verano, en torno a los días más largos, la luz empieza a atravesar las cortinas sobre las 4’00 horas de la mañana (las persianas no son muy populares en este país), mientras que hasta las 22’45 no se empieza a notar un descenso en la intensidad de la luz, haciéndose completamente de noche a eso de las 23’30 horas. Para que te hagas una idea, tanta luz hay por las noches que más de una vez me he quedado hasta más allá de las 22’30 horas en mi patio trasero leyendo un libro al fresco sin necesidad de encender ninguna lamparita.
Nieve y lluvia
Alguna nevada cae de vez en cuando pero suelen ser leves y, si alguna vez nieva suficiente para que cuaje, en unos pocos días se derrite. Por cierto, si te pilla una nevada durante tu estancia en los Países Bajos, ten mucho cuidado al día siguiente porque lo más probable es que la nieve se haya convertido en hielo y deslice un montón. Recomiendo calzado con suela de goma para evitar caídas. Yo hasta ahora he conseguido librarme pero he visto unas pocas por la calle y daba la impresión de que el hielo no es un sitio muy agradable para aterrizar…
Repasadas las temperaturas, la humedad, los horarios de amanecer y anochecer y las nevadas, sólo queda cubrir la pregunta del millón: ¿llueve mucho?
La respuesta es sí, pero con matices: llueve con mucha frecuencia, pero con poca intensidad. Lo que suele haber es un chispeo o sirimiri constante. Solamente se producen tormentas fuertes algunos días al final del verano, pero son de escasa duración. Acostumbrada yo a las lluvias torrenciales propias de Málaga y sus frecuentes inundaciones que a veces paralizan hasta el tráfico, la llovizna que habitualmente cae de las nubes neerlandesas no me resulta un gran inconveniente. Molesta e incómoda, sí, pero no evita que uno siga con su ritmo de vida. De hecho, casi nunca llevo paraguas, el abrigo impermeable con capucha es suficiente.
Además, he descubierto una aplicación para el móvil muy útil a la hora de programar las salidas de paseo perruno y demás gestiones y recados del día. Se llama Buienalarm e indica, con bastante fiabilidad, no sólo si hay previsión de lluvia o no, sino también la intensidad y duración de ésta.
Espero que esta entrada te haya resultado informativa. Más adelante escribiré otro artículo contando algunas de las consecuencias de vivir en el clima neerlandés. ¡Suscríbete si todavía no lo has hecho para recibir una notificación cuando lo publique!
¡Que pases un buen día! Fijne dag verder!
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