Kinderdijk o "el sitio de los molinos"
Kinderdijk es en mi opinión uno de esos lugares que yo llamo “de visita obligada”: no te puedes ir del país sin haberlo visto antes. Pero, ¿qué hay en ese sitio con ese nombre raro que ni siquiera nos suena? En esta publicación te desvelo el misterio.
¿Has oído alguna vez la expresión “Dios creó el mar y los holandeses la tierra”? Efectivamente, la mayor parte del territorio neerlandés (en torno al 60 %) ha sido ganado al mar, gracias al ingenio de los holandeses y a su destreza para manejar el agua. Durante siglos, han ido implementando sistemas de drenaje y de contención de agua con el objetivo de conseguir terreno apto para la agricultura y el asentamiento de las civilizaciones.
Pues bien, Kinderdijk es un gran ejemplo del resultado de esta batalla contra las fuerzas de la naturaleza. Consiste básicamente en un pólder con canales y molinos. Una zona por naturaleza inundada, que ha salido a flote como consecuencia del trabajo incesante de molinos, bombas hidráulicas y diques que trasladan el agua a un río cercano y la mantienen a raya. Así, Kinderdijk se encuentra hoy a unos dos metros por debajo del nivel del mar.
Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1997, los diecinueve molinos de Kinderdijk, construidos en el siglo XVIII, se reparten majestuosos por las orillas de los canales, poniendo de manifiesto la importancia histórica e ingenieril del lugar.
A estas alturas a lo mejor te estás preguntando si esos molinos tan antiguos siguen en funcionamiento en la actualidad. Por asombroso que parezca, la respuesta es sí. De hecho, en los sábados de los meses de julio y agosto, si el viento acompaña, las aspas de todos los molinos giran sin cesar, a modo de exhibición. No obstante, los molinos de viento no son a día de hoy el único sistema establecido para evitar que la zona se vuelva a inundar: gracias a los avances tecnológicos, al esfuerzo de los molinos se suma el trabajo de estaciones de bombeo modernas que funcionan con electricidad y, por supuesto, diques, compuertas y otros sistemas de contención. Existe un centro de visitantes donde explican todo esto muy bien y en varios idiomas.
Te sorprenderá saber que hay muchísimas personas que, habiendo vivido en los Países Bajos toda su vida, nunca han visitado Kinderdijk. Teniendo en cuenta lo pequeño del país y lo corto de las distancias, llama cuanto menos la atención. “Total, para ver un montón de molinos, ya los veo por el resto del país”, suelen argumentar. Si bien es cierto que hay molinos salpicados por todas partes, no tienen nada que ver, en mi opinión, con la experiencia de visitar los molinos de Kinderdijk y ver el trabajo de conjunto, hacerse una idea de cómo es la vida de las personas que viven en los molinos y se dedican a su mantenimiento, y la sensación de vulnerabilidad al pensar lo que ocurriría si todo el sistema fallara…
¡Ah!, ¿que no te lo he contado aún? Vive gente en esos molinos. Sí, sí, además de achicar el agua, los molinos de viento son viviendas particulares.
¿Sabías que...? Los habitantes de los molinos usaban antiguamente un sistema de comunicación basado en la posición de las aspas. Así, podían anunciar de forma sencilla eventos como fallecimiento, boda, nacimiento, etc.
Suena interesante, ¿verdad? Lugar de importancia histórica, lucha de poder entre el hombre y el agua... Por si esto no fuera suficiente, la zona ofrece además la posibilidad de realizar diversas actividades. Puedes acceder al centro de visitantes y al interior de dos molinos: uno de ellos se conserva a modo de museo, mientras que en el otro puedes conversar, si quieres, con la familia que lo habita y preguntarles lo que quieras, son muy amables y te atenderán encantados.
También existe la posibilidad de hacer un recorrido en embarcación por los canales y admirar los molinos desde una perspectiva diferente, dar una vuelta en bicicleta por el carril bici - ¡cómo no! - o simplemente dar un paseo a pie por la zona y disfrutarla a tu propio ritmo.
Próximamente escribiré un artículo sobre información útil y consejos que debes saber antes de ir a Kinderdijk. ¡Suscríbete al blog para recibir una notificación cuando lo publique y así no te lo perderás! Sin más, te animo a que visites este lugar lleno de historia.
¡Que pases un buen día! Fijne dag verder!