Viviendo Entre Molinos

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Bicicletas por doquier

Escribiendo un artículo sobre cosas típicas de los Países Bajos, que publicaré más adelante, me di cuenta de que el apartado dedicado a las bicicletas se estaba extendiendo cada vez más, así que he decidido crear una entrada exclusivamente para este medio de transporte. ¿Sorprendido/a? Probablemente ya sabías que las bicicletas son muy comunes en los Países Bajos pero, ¿tanto tengo que decir acerca de ellas como para rellenar un artículo completo? Sigue leyendo y verás.

Peculiaridades de la circulación por los Países Bajos:

Imposible pasar un minuto en cualquier calle neerlandesa sin ver varias bicicletas, ya sea aparcadas o en circulación. Te reto a que lo compruebes. Se calcula que actualmente hay en todo el país más bicicletas que número de habitantes, concretamente, 22’8 millones de bicicletas frente a 17’4 millones de individuos. Son consideradas un medio de transporte más, y es que la infraestructura del país lo permite: el terreno es mayoritariamente llano y hay carriles bici (fietspaden) por todas partes. Allá donde no llegan las carreteras, donde ni siquiera hay aceras para los peatones, el carril bici no falta.

Los fietspaden son muy amplios y siempre cuentan con al menos un carril para cada sentido. Tienen hasta sus propios semáforos y por ellos no sólo circulan bicicletas: las sillas de ruedas motorizadas, cuando se desplazan a partir de cierta velocidad, y ciclomotores de hasta 50 centímetros cúbicos de cilindrada, también deben hacer uso del carril bici, según la regulación de tráfico. En algunos puntos hay carteles especificando la obligación de abandonar este carril y unirse a los coches, pero esto sólo aplica a ciclomotores que puedan superar los 25 km/h (los de matrícula amarilla), no a los que tienen la velocidad limitada (con matrícula azul). Estos carteles son poco frecuentes y además sólo aplican a tramos cortos.

Una cosa que me llama mucho la atención es que aquí los ciclistas nunca llevan casco, no es obligatorio y, por lo visto, nadie lo considera necesario. Me da la sensación de que son un poco temerarios. Con frecuencia pasan por los cruces sin mirar a ver si vienen coches y se tiran delante de los autobuses con una tranquilidad que me deja estupefacta. La normativa los ampara ante cualquier tipo de accidente, independientemente de si han sido ellos los que se han saltado el ceda el paso o el stop, pero aún así me parece que corren un riesgo innecesario, que se corresponde con la “mentalidad del derecho” tan extendida entre los neerlandeses.

Como consecuencia de este comportamiento, hay que tener muchisisísimo cuidado cuando vas conduciendo en tu coche porque hay cruces en los que la visibilidad no es muy buena (especialmente en las tardes lluviosas de invierno) y los ciclistas, que suelen circular bastante rápido, aparecen de la nada sin que te los esperes. Por no hablar de cuando, siendo de noche, por algún motivo no llevan las luces encendidas y encima van vestidos de negro, de manera que no los ves hasta el último momento (sí, confluyen a veces todas esas circunstancias a la vez). Al principio de vivir aquí me agobiaba tanto el ver ciclistas por todas partes que conducía siempre súper lento. Qué estrés sobre todo cuando pilla la hora de entrada y salida de los colegios, momentos en que hordas de jóvenes ciclistas invaden las calles.

Respecto a dónde dejar la bicicleta aparcada en la calle, hay muchas opciones: a la orilla de los canales, atada a la barandilla de un puente, atada a una farola, a un árbol, sobre la pared (siempre y cuando no haya un cartel que lo prohíba), sobre un seto, sobre una papelera, o en aparcamientos especiales para bicicletas, como los de las fotos de arriba. Si nunca has visto uno, resultan impresionantes, tienen varios pasillos y doble altura. Además, suelen ser gratuitos para incentivar el uso del transporte respetuoso con el medioambiente.

Quiénes son esos ciclistas:

La respuesta rápida es básicamente cualquiera que tenga cierta capacidad de movimiento en las piernas. De hecho, aquí lo extraño es que alguien no tenga bicicleta. La gente te mira como a un bicho raro si se entera de que nunca has aprendido a montar.

Y es que los niños en los Países Bajos, desde muy pequeños, usan la bici para ir al colegio, al parque, a las casas de los amigos, etc. Les proporciona mucha libertad e independencia (aquí los padres dejan salir a la calle a sus hijos sin supervisión desde muy temprana edad). Los adultos la usan para ir a cualquier parte en un radio de hasta 25 ó 30 kilómetros normalmente, incluso para ir al supermercado (luego cargan las bolsas de la compra en la cesta de la bici). Hasta los repartidores de comida a domicilio van en bicicleta en vez de ciclomotor, como en España.

Y no creas que las personas mayores se quedan atrás, ellos también van en bicicleta a todas partes y, además, con una facilidad que no dejo de admirar. A lo mejor los ves andando por la calle despacio y temblorosos pero, ¡oye!, es montarse en una bici y de repente parece que hayan rejuvenecido lo menos veinte años. Y van siempre con la espalda muy erguida; supongo que es lo normal cuando te has pasado toda la vida ejercitando la musculatura a base de ir en bici a todos los sitios.

Pero no sólo se utilizan las bicicletas como medio de transporte. También las usan los neerlandeses simplemente para ir de paseo, a modo de entretenimiento. No es raro que en las reuniones sociales alguien inicie una conversación acerca de la ruta de 50 u 80 kilómetros que hizo el fin de semana anterior, a través de bosques y parques naturales.

¿Recuerdas los tradicionales mapas de carreteras que cualquier viajero guardaba como un tesoro en la guantera de su coche, antes de que aparecieran en el mercado los navegadores y Google Maps? En los Países Bajos hay mapas como esos pero con los recorridos de los carriles bici, los cuales están siempre numerados para que los puedas identificar con facilidad. Si quisieras, podrías atravesar el país entero sobre dos ruedas.

¿Sabías que…? Existe un concepto llamado “fietsen vakanties”, (literalmente, vacaciones de bicicleta) que consiste en turismo basado en actividades ciclistas. Con frecuencia se ve publicidad sobre recomendaciones de destinos y rutas “para disfrutar en bicicleta”.


Cosas sorprendentes que he visto con mis propios ojos:

¿Cuántas personas dirías tú que pueden ir montadas encima de una misma bicicleta y desplazarse en ella de manera ágil y estable? Piénsalo un momento, ¿dos, tres personas? A continuación te dejo una lista de cosas sorprendentes que veo con frecuencia desde que vivo en los Países Bajos:

  • hasta tres adultos encima de la misma bici,

  • dos adultos y dos niños,

  • un adulto y tres niños,

  • cuatro niños,

  • un adulto en el sillín de la bici y 4 ó 5 niños, perro y bolsas de la compra en un carrito estilo retro que se acopla a la parte delantera y que está aquí muy de moda,

  • circular a la vez que teclean en el móvil con una mano y sujetan un helado con la otra,

  • llevar arrastrando una maleta,

  • ir agarrados del hombro de un amigo en ciclomotor para dejarse llevar sin tener que pedalear,

  • personas que van andando con muletas y luego se montan en la bici y pedalean sin aparente inconveniente,

  • bicicletas decoradas de manera llamativa y colocadas a modo de reclamo en los escaparates de tiendas y cafeterías.

Otra cosa que me sorprendió mucho cuando me enteré es que en el verano de 2019 se aprobó una norma que prohíbe a los ciclistas usar el móvil mientras circulan. Date cuenta de que esto implica que, hasta hace nada, sí estaba permitido. Luego se preguntarán cómo hay tantos accidentes...

Por último, una anécdota personal:

Siendo yo una gran aficionada a la fotografía (haz click AQUÍ para ver algunas de mis obras), al principio de vivir aquí me frustraba un poco cuando iba de turismo y quería sacar fotos de algún rincón de alguna ciudad. Esperaba a que las bicicletas dejaran de pasar para poder hacer la foto que quería, sin que nadie invadiera el encuadre. Esperaba y esperaba… hasta que un día me di cuenta de que tratar de hacer una foto en una ciudad de los Países Bajos sin que salga una bicicleta es como tratar de hacer una foto en un bosque sin que salga un árbol. Además, ¿qué sentido tenía evitar sacar a los ciclistas en mis fotos, si forman parte de las costumbres del país? Así que dejé de luchar contra ello y me auto-impuse el lema “si no puedes evitarlo, intenta sacarle partido”, y entonces probé a hacer fotos “artísticas” con bicicletas. Aquí abajo te dejo algunas de ellas para que les eches un vistazo.

Y a ti, ¿te gustan las fotos donde aparecen bicicletas? ¿Qué opinas de que los ciclistas no lleven casco? ¿Te animarías a hacer un viaje del tipo fietsen vakantie? Deja tus respuestas en la sección de comentarios. No sé cuántas veces habré repetido la palabra “bicicleta” en esta publicación pero seguro que demasiadas, así que ha llegado el momento de despedirse, hasta la próxima.

¡Que pases un buen día! Fijne dag verder!

P.D.: Si quieres más información acerca de los tipos de bicicletas que circulan por el país, rutas recomendadas, consejos para alquilar bicicletas y más curiosidades, visita la web de Holandia.es, escrita por Marta Rubio, una española que lleva más de 10 años afincada en los Países Bajos. Haz click AQUÍ para leer su artículo “Bicicleta en Holanda”.


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